Aunque te parezca raro, a la mitad de la Biblia hay una colección de poemas de amor, tan explícitos y eróticos que a los jóvenes judíos no se les permitía leer hasta que fueran mayores: El Cantar de los Cantares.
Es la historia de una joven sulamita que era despreciada por sus hermanos, quienes la hacían trabajar largas horas cuidando de la viña y las ovejas que tenía el rey Salomón. Ella trabajaba todo el día bajo el sol caliente, por lo que ella se apenaba del color de su piel y decía en muchas ocasiones: "No se fijen en mi piel morena, ni en que el sol me bronceó la piel".
Cierto día, apacentando las ovejas, conoció a un pastor extranjero a quien ella le pareció muy hermosa, él no miraba las imperfecciones físicas que ella decía tener. Se hicieron grandes amigos, él iba ciertos días a visitarla espués de dejar pastando su rebaño. Esta amistad fue creciendo poco a poco hasta convertirse en amor. El pastor conquistó el corazón de la joven, y cierto día en que él se iba le prometió regresar para hacerla su novia. Ella le preguntó dónde pastaba su rebaño, pero él no contestó. Sin embargo, ella confió que algún día él volvería por ella.
Soñaba día y noche con ser la novia del pastor. Soñaba incluso algunas veces con él y despertaba deseando que fuese verdad, pero él no estaba allí. Hasta que cierto día, se detuvieron en las afueras de la viña los "hombres valientes" del rey y el mismísimo rey Salomón. El guardia real se acercó y fue grande la sorpresa de la joven cuando éste anunció que el Rey había venido por ella, y aún más cuando al acercarse ella al rey, vio que era el mismo pastor extranjero que había conquistado su corazón.
Lo que a continuación se narra es la unión física con lujo de detalles. Y se resume en lo que la joven sulamita dice: "Yo soy de mi amado, y él me busca con pasión". Se puede decir que esta es la historia de un amor muy ardiente y apasionado entre un esposo y su amada esposa.
Lo maravilloso de este relato no es que Dios deja en claro que Él ideó la pasión física y el placer sexual para ser disfrutado plenamente sólo dentro del matrimonio, sino que este amor ardiente y apasionado expresa la relación que debe existir entre Dios y Su pueblo, entre Cristo (el Rey) y tú (el amor de su vida).
Esta historia nos revela muchas de las facetas del amor que existía entre el rey y la sulamita. Nos muestra, por ejemplo, cómo la novia pensaba todo tiempo en él y hasta lo soñaba, lo alababa delante de los demás, lo buscaba desesperadamente, esperaba su regreso, anhelaba ser y hacer lo que fuese para que el rey la viese hermosa. Entendiendo que una de las intenciones de Dios es demostrarnos cómo Él desea tener una relación de amor aridente y apasionado contigo, la pregunta es ¿Cómo está tu noviazgo con el Señor?
El rey Salomón en este relato es la expresión de Cristo (el Rey de reyes que ama tu alma):
- Ese Rey que se presentó de manera humilde (Salomón como un pastor - Cristo como un hombre) para poder conquistar tu corazón.
- Ese Rey que ofreció todo por tenerte (Salomón los bienes de su casa - Cristo su vida).
- Ese Rey que tuvo que ir a su casa para prepararte una morada, pero que dejó una promesa de regresar pronto para vivir contigo por la eternidad, juntos.
La joven en este relato es la expresión de lo que tú y yo debemos hacer en nuestra relación con Cristo:
- Teniéndolo siempre en mente, en cada pensamiento y en cada decisión, incluso hasta soñar con Él.
- Anhelando Su presencia, buscando su rostro y deseando escuchar su voz.
- Hablando de su hermosura y grandeza a los demás.
- Consagrando nuestra vida en santidad y fidelidad a Él, diciendo como decía la sulamita: "Yo soy de mi amado". En pocas palabras: Pertenezco a Cristo, soy de Dios, haglo que me pide, porque sé que Él me ama y yo le amo con pasión.
Así que vuelvo a preguntarte: ¿Cómo está tu noviazgo con Cristo? ¿Puedes decir que amas a Dios con pasión? Que tu anhelo y el mío sea que nuestro amor por Cristo sea: Un Amor Ardiente.
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